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sábado, 10 de diciembre de 2011

PITÁGORAS

Véase también: BIOGRAFÍA DE PITÁGORAS - LOS VERSOS AUREOS
Pitágoras

A lo largo de su prolífica obra el Venerable Maestro Samael Aun Weor nos dice en su libroTarot y Kábala que la Kábala es la ciencia de los números. El Universo esta hecho con la Ley del Número de la Medida y del Peso; las Matemáticas forman el Universo.Los números son entidades vivientes.

Si analizamos la historia desde donde nos es dado hacerlo podremos verificar a simple vista que siempre en determinadas épocas aparece como estrella fugaz entre la humanidad seres extraños que fuerzan la atención de toda una época. No son héroes, ni conquistadores, ni fundadores de razas; aparecen, brillan, desaparecen y el mundo tras su partida, parece no haber cambiado; pero durante su brillante manifestación, todas las miradas han estado fijas en éllos. Los tenidos como sabios hasta entonces han estado confundidos con sus palabras; los hombres de acción se han extrañado de encontrar a esos individuos que les dominaban sin esfuerzo; la multitud les ha seguido, sintiendo en ellos una bondad desconocida, un poder escondido compasivo con la debilidad humana. Estas comparaciones no son el patrimonio de una raza o de un siglo; por mas que nos remontemos en la historia, tanto en Oriente como en Occidente, a cada vuelta del camino, uno de esos hombres se nos presenta.

Vamos a hablar de Pitágoras .

Se cree que nació en la isla griega de Samos el año 570 a. C. Sus padres fueron Mnesarco y Pitays, los cuales se hallaban entre las familias más ricas e influyentes del lugar. Pitays yendo con su esposo en peregrinación a un santuario de Siria encontró a una sacerdotisa que le dijo “ EL HIJO QUE ESPERAS SERÁ TAN EXTRAORDINARIO QUE SU RESPLANDOR EMPALIDECERA EL BRILLO DE TODOS LOS SABIOS QUE LE HAN PRECEDIDO Y EL DE LOS QUE VENDRAN DESPUES”.
Samos

Ya de pequeño dio muestras de su inteligencia y poderes. Renunció a un viaje en barco al haber previsto con dos días de antelación la llegada de una tormenta que hundiría mas de 50 barcos. Mucho se lamentó en Samos no haber atendido los consejos de ese muchacho de 15 años. La isla estaba gobernada por Polícrates, un tirano que gustaba verse rodeado de los mas famosos adivinos, poetas, arquitectos, científicos, etc. Por ello Pitágoras fue invitado a compartir mesa con el tirano. Allí gracias a su poder adivinatorio predijo la muerte que sufriría Polícrates 55 años mas tarde. Sería descuartizado en una cruz por sus enemigos. Esto le llevó a formularse uno de sus pensamientos más célebres.

"EL CUERPO ES UNA TUMBA".

En efecto por mucho que nos cubramos los humanos con sedas y joyas y nos vistamos con trajes que nos den el aspecto de dioses, nunca podremos librarnos del fatal destino de acabar en el sepulcro.
Tales

Entró en contacto con uno de los sabios más celebres de aquellos tiempos, PERECIDES DE SIRO, quien le habló sobre el recuerdo de vidas pasadas, descubriéndole que en otra existencia fue ETALIDES, también le recordó cuando vivió en la guerra de Troya, dentro de diferentes cuerpos humanos sin excluir el de una famosa ramera. Lo más interesante de todo esto es que llegó a comprender la inmortalidad del ALMA.

En una segundo etapa estuvo en Mileto donde conoció a TALES, quien tenía una escuela, personaje que ha llegado hasta nuestros días gracias a su famoso Teorema que lleva su nombre. Tuvo también como maestro a Anaximandro, quien consiguió trazar un mapa del universo que rompió muchos de los mitos existentes y, a la larga, le permitiría trazar un zodiaco bastante aproximado al que hoy conocemos. También descubridor del reloj de Sol.

Tales de Mileto había conocido los grandes misterios de los sacerdotes egipcios, pero no los transmitió a Pitágoras. Se limitó a decirle que fuera a Egipto, donde se guardaban unas ciencias que le maravillarían. No le fue fácil ser aceptado por los maestros egipcios, pero finalmente lo consiguió llegando a permanecer veinte años en las misteriosas escuelas egipcias, lo que le convirtió en el segundo griego que obtenía tal honor. Algunos dicen que fue el primero ya que Tales de Mileto no estuvo nada mas que ocho años. 20 años de aprendizaje es mucho tiempo, y para Pitágoras supuso algo menos de un cuarto de su vida completa. En Egipto concibió su famoso Teorema respecto a los lados del triángulo recto, que dice: En todo triángulo rectángulo la hipotenusa al cuadrado es igual a la suma de los cuadrados de los otros dos lados o catetos.

Son muchos los arqueólogos-matemáticos que han demostrado que los constructores de las pirámides se servían de recursos geniales. Existía una matemática secreta. Lo curioso es que Pitágoras no dejó constancia de estos conocimientos. El concedió a los números y a las matemáticas un valor esencial en todas las parcelas de la creación universal: eran símbolos místicos que bordeaban lo divino.

El historiador griego Jámblico, que es considerado un pitagórico, escribió lo siguiente:

"Pitágoras permaneció en los lugares sagrados de Egipto durante veinte años, Allí practicó la astronomía y la geometría; mientras era iniciado en todos los ritos de los dioses, hasta que fue llevado a Babilonia por las tropas de Cambiases como prisionero de guerra.
Mientras estuvo allí se asoció de buen grado con los Magos, que también se alegraron de tenerlo, y fue instruido en sus ritos sagrados y aprendió una forma muy mística de dar culto a los dioses. También llegó al más alto grado de perfección en aritmética, en música y en las otras ciencias matemáticas que enseñaban los babilonios. Allí siguió por espacio de unos quince años aproximadamente. Volvió a Samos a la edad de 56 años. Una vida de permanente ascetismo había permitido que nuestro personaje ofreciese el aspecto de un hombre de unos treinta años, a pesar de haber cumplido los 56. Cuando llegó a Samos en el 513 a. C., los viejos y las gentes de su edad tardaron en reconocerle, pues había partido de allí con el juvenil aspecto de un veinteañero. Llegaron a creer que se encontraban ante el hijo del famoso sabio. "

Cuentan que fue invitado a una opulenta comida en el palacio de Polícrates, y se negó a comer lo que le iban sirviendo. Pidió que le trajeran un vaso y una jarra de agua y como alimento un puñado de aceitunas. Tal actitud dejó estupefactos a los demás comensales, por lo que levantándose dijo:

"Todos los que nos encontramos aquí somos unos cuerpos a los que nos espera la tumba. El lujo y la vanidad los considero vestidos inútiles ante la necesidad de purificarnos. Samos nada más que es una partícula del Hades, por lo que tarde o temprano se esfumará bajo las lagrimas del tiempo. Vivid en armonía con vuestra conciencia, y tened presente que la maldad de los hombres es el peor freno a la felicidad que espera a los bienaventurados allí donde se cultiva la flor de oro."

Ante la necesidad de contar con discípulos tuvo que pagar a un joven para que aceptara sus enseñanzas. Este después fascinado por los conocimientos de su maestro atrajo a veintiocho alumnos más. Pitágoras hablaba a éstos oculto detrás de una pequeña cortina.

 Dos de las primeras preguntas de su doctrina eran éstas:

- ¿Qué es lo más sabio y elevado?
- El número - contestaban los jóvenes a coro.
- ¿Qué es lo más hermoso?
- La armonía.

Pitágoras tenía tanta fe en los números como eje central de todo lo existente, hasta lo inmaterial, que no dejaba de buscar elementos de apoyo. Se cuenta que un día que paseaba por la ciudad, al pasar delante de una herrería, le pareció que el golpeteo del martillo sobre el yunque no era regular. Esto le llevó a colgar en una serie de cuerdas de igual tamaño y grosor unos pesos distintos, para comprobar las variaciones de sonido. Pero los resultados no le convencieron. Finalmente, utilizó un monocordio con el propósito de medir las longitudes necesarias para conseguir las diferentes variaciones de la octava.

De esta manera descubrió la Ley de los intervalos musicales, que hasta aquel momento se había considerado inalcanzable. El experimento de las cuerdas sonoras ya había sido intentado por los sacerdotes egipcios y los magos babilonios. Fue al sabio de Samos el que correspondió el honor de triunfar, para seguir convencido de que gracias a los números se podía conocer la totalidad del mundo.

Lo que realmente seducía de su enseñanza a sus discípulos era cuando les hablaba de Palingenesia o el proceso de continua transformación de la materia. Especialmente en lo que concernía a los seres humanos y sus reencarnaciones. Pitágoras al tener la consciencia despierta había visto sus reencarnaciones. Podía contar con toda claridad sus distintas peripecias siendo Aetálides, hijo de Hermes, luego en el cuerpo de Eufornio, el héroe troyano al que arrebató la vida Menelao, y cuyo escudo pudo reconocer al verlo colocado en un templo. También fue Hermotimes el rapsoda, y Pirro, un humilde pescador de la isla de Delos.

Algunos biógrafos de Pitágoras han apuntado que varios de los milagros atribuidos a éste fueron tan sonados, que corrieron por todo el Mediterráneo. Con el paso del tiempo fueron atribuídos a otros personajes y, curiosamente, aparecen reflejados en el Nuevo Testamento como realizados por Jesús. El hecho de que el Maestro de Samos pudiera ser visto en Crotona y en Metaponte el mismo tiempo, se atribuye a que poseía la facultad de andar sobre las aguas. Como las dos ciudades se encontraban en la costa, los habitantes de ambas le contemplaron mientras realizada este prodigio. También se decía que poseía el don de hablar con los animales, por eso consiguió tranquilizar a un toro salvaje y devolver un oso a las montañas.

Una noche en Crotona Pitágoras y los suyos fueron invitados a cenar en casa de Milias, célebre comerciante. Una mesa fastuosa aguardaba a los importantes comensales.
Entonces el Maestro de Samos pidió que se vaciara la mesa, ya que él y los suyos se limitarían a comer una sopa de verduras, un asado de calabaza y pan. Esto provocó la ofensa del anfitrión. Pitágoras habló:

-Has vuelto a recuperar tu viejo orgullo, Milias de Crotona. Algo normal en ti.
-Pero ¿por qué decís eso, extranjero? ¿Acaso pretendéis confundirme después de haber despreciado mi comida?
-Tranquilízate que todo tiene su explicación. Me refiero a que hace doscientos años tú fuiste el orgulloso rey Midas de Frigia.
-¿A qué os estáis refiriendo...? – preguntó el comerciante, totalmente anonadado.
Rey Midas
Muy despacio se fue convenciendo, a medida de que escuchaba a Pitágoras, de que no le mentía. Y tanto creyó lo que acababa de serle revelado, que unas semanas más tarde viajó a Frigia, para llevar a cabo sobre la tumba del rey ciertos rituales que el Iniciado le había recomendado.

Este proceso de recuerdo de vidas pasadas lo practicó el Maestro de Samos con otros hombres y mujeres de Crotona, pero sin convertir esta práctica en espectáculo de feria.

Doctrinas básicas

Los pitagóricos asumieron ciertos misterios, similares en muchos puntos a los enigmas del orfismo. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir alimentos, la sencillez en el vestir y en las posesiones, y el hábito del autoanálisis. Los pitagóricos creían en la inmortalidad y en la transmigración del alma.

Teoría de los números




Entre las amplias investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos se encuentran sus estudios de los números pares e impares y de los números primos y de los cuadrados, esenciales en la teoría de los números. Desde este punto de vista aritmético, cultivaron el concepto de número, que llegó a ser para ellos el principio crucial de toda proporción, orden y armonía en el universo. A través de estos estudios, establecieron una base científica para las matemáticas. En geometría el gran descubrimiento de la escuela fue el teorema de la hipotenusa, conocido como teorema de Pitágoras.


Astronomía




La astronomía de los pitagóricos marcó un importante avance en el pensamiento científico clásico, ya que fueron los primeros en considerar la tierra como un globo que gira junto a otros planetas alrededor de un fuego central. Explicaron el orden armonioso de todas las cosas como cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico, en una esfera de la realidad sencilla y omnicomprensiva. Como los pitagóricos pensaban que los cuerpos celestes estaban separados unos de otros por intervalos correspondientes a longitudes de cuerdas armónicas, mantenían que el movimiento de las esferas da origen a un sonido musical, la llamada armonía de las esferas.


La vida de Pitágoras está llena de momentos en los que sus actos rezuman la enseñanza superior, la enseñanza de un Maestro de Misterios sin lugar a dudas. En el Templo de las Ninfas en Crotona, lugar donde mas brilló el Enseñanza de este Maestro, servían como base los VERSOS AUREOS, que fueron recopilados posteriormente por Hierocles, discípulo de Plutarco de la Escuela Alejandrina. De ellos reproducimos algunos a fin de que podamos meditar desde una reflexión profunda la Gnosis que llevan implicita.

· Primero has de adorar a los Dioses Inmortales, como ha quedado establecido y ordenado por la Ley.
· Respeta el Juramento y, después a los Héroes, todos ellos tan provistos de bondad y rodeados de Luz.
· Por lo mismo no olvides a los Genios terrenales, a los que debes de prestar la atención correspondiente.
· Sobre todo honra a tus padres y a tus parientes mas cercanos.
· Realiza sólo aquellas cosas que no puedan dañarte, y reflexiona antes de llevarlas a la práctica.
· No consientas que el sueño cierre tus párpados al acostarte.
· Nunca dejes de buscar la amistad de todos aquellos que se distinguen por su virtud.
· Considera que es propio de un infeliz el hablar o actuar sin una noble premeditación.

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