El estudio de sí mismo, la serena reflexión, es obvio que en última instancia concluye en la quietud y en el silencio de la mente. Cuando la mente está quieta y en silencio, no sólo en el nivel superficial, intelectual, sino en todos y cada uno de los 49 departamentos subconscientes, adviene entonces lo nuevo, se desembotella la Esencia, la Conciencia, y viene el despertar del Alma, el Éxtasis y el Samadhi.
La práctica diaria de la meditación nos transforma radicalmente. Las gentes que no trabajan en la aniquilación del Yo viven mariposeando de escuela en escuela, y no encuentran su centro permanente de gravedad, mueren fracasados sin haber logrado la Autorrealización de la Esencia.
Concentración, Meditación y Samadhi son los tres caminos obligatorios de la iniciación. En Oriente los tres caminos son llamados Samyasi sobre cada uno de nuestros vehículos. La meditación reviste tres fases: Concentración, Meditación y Samadhi.
Concentración: significa fijar la mente en una sola cosa.
Meditación: significa reflexionar sobre el contenido sustancial de la cosa misma.
Samadhi: es Éxtasis o arrobamiento.
Un maestro del Samadhi penetra en todos los planos de Conciencia, y con el Ojo de Dagma escudriña todos los secretos de la sabiduría del fuego. Es urgente que aprendamos a funcionar sin vehículos materiales de ninguna especie, para que percibamos con el Ojo de Dagma todas las maravillas del Universo. Así es como podremos llegar a ser maestros del Samadhi.
Para llegar al Samadhi es urgente cultivar una rica vida interior.
Hay que adquirir un completo control de sí mismo.
El principio, la base, el fundamento vivo del Samadhi, consiste en un previo conocimiento introspectivo de sí mismo.
Introvertirnos es indispensable durante la meditación de fondo. Debemos empezar por conocer profundamente el estado de ánimo en que nos encontramos antes de que aparezca en el intelecto cualquier forma mental. Resulta URGENTE comprender que todo pensamiento que surge en el entendimiento es siempre precedido por dolor o placer, alegría o tristeza, gusto o disgusto.
Los yoguis de la India practican las diferentes técnicas de Concentración, Meditación y Samadhi, como medio para poder fusionarse con la divinidad interior, con el Ser. Los estudiosos hindúes dicen que el Raja Yoga se divide en ocho etapas, grados o trechos del sendero, conviene a saber:
1) Yama.
2) Niyama.
3) Asana.
4) Prânâyâma.
5) Pratyâhâra.
6) Dhârâna.
7) Dhyana.
8) Samadhi.
Yama consiste en no matar, ni hurtar, ni mentir, ni fornicar y no recibir dádivas. Esta es la primera parte o parte ética que todo chela (discípulo) debe desarrollar plenamente (equiparando esta cuestión en el cristianismo, al cumplimiento de los 10 mandamientos).
Niyama equivale a la pureza, contento, rectitud, estudio y completa entrega a Dios. Esta parte es mas avanzada y naturalmente implica una mayor acción. Es en la parte donde el chela se integra y fusiona con las sagradas enseñanzas y por consiguiente se dedica la estudio, investigación, análisis, etc.
Asana es la posición o postura corporal en que se ha de colocar el ejercitante. Bien se sabe que si no conseguimos el dominio del cuerpo físico no puede haber ningún avance en la meditación. Las personas inquietas, volátiles, inconstantes, victimas de las apetencias del cuerpo físico fracasan inevitablemente.
Pranayama es el gobierno o regulación del aliento. El Maestro Samael como maestro de la Ciencia del Samadhi ha enseñado en su vasta obra múltiples pranayamas que podemos usar.
Pratyahara es el desasimiento de los sentidos de los objetos de sensación. Este estado es fundamental, y representa el abandono de los sentidos sensoriales para lograr el objetivo. En este estado el cuerpo físico y la mente deben estar en armonía, relajado y sin proyecciones de pensamientos, ideas, apetencias, etc., con el fin que se persigue, la percepción de las cuestiones metafísicas, la conexión con la cosa u objeto en sí, no con la apariencia.
Dharana consiste en fijar la mente en determinado objeto. En este estado conseguimos la perfecta concentración.
Dhyana, equivale a meditación. Mediante este estado adquirimos información gracias a la plenitud de la Conciencia.
Samadhi es el Éxtasis o estado de Superconciencia. Este es el estado de los grandes Iniciados o Maestros. En este estado no existen límites de investigación.
En el grado superior de Samadhi, se ven las cosas como realmente son.
Siempre que el hombre trata de investigar algo oculto o misterioso, se esfuerza, aunque de ello no se dé cuenta, en adquirir el dominio de prana, y doquiera veamos una extraordinaria ostentación de poder, hay dominio de prana.
Hasta en las ciencias físicas se manifiesta la acción de prana. El vapor de agua que mueve la locomotora no es más que materia gaseosa animada por la modalidad de prana llamada energía mecánica.
De la propia suerte, el pensamiento es la vibración de la materia mental animada por la modalidad de prana llamada energía mental. La energía mecánica está dominada por la ciencia física. La energía mental está dominada por la Ciencia del Raja Yoga.
Para llegar al estado de Superconciencia de una manera normal, es preciso pasar por las descritas etapas del Raja Yoga.
El conjunto de los tres estados de Dharana, Dhyana y Samadhi constituyen lo que se denomina en sánscrito Samyama, o sea, es cuando la mente se concentra en un objeto y es capaz de mantenerse así concentrada durante largo rato y escudriñar el interno significado del objeto en que se mantiene concentrada, prescindiendo de su externa percepción.
Este meditativo estado es el superior a que puede llegar el hombre en la vida. Mientras haya deseo no es posible la verdadera felicidad, pues sólo el examen contemplativo del objeto produce felicidad.
A la concentración ha de seguir la meditación. Cuando la mente está acostumbrada a mantenerse fija en un solo punto interno o externo, tiene la facultad de pensar sin interrupción en el objeto en que se fija; y cuando este continuo pensamiento se aplica al significado interno del objeto, prescindiendo de su percepción externa, se llama Samadhi o Superconciencia.
Continuando con esta cuestión de terminología, señalemos también la impropiedad que hay en traducir Samadhi por "Éxtasis"; esta última palabra es tanto más fastidiosa cuanto que es empleada normalmente, en el lenguaje occidental, para designar estados místicos, es decir, algo que es de muy otro orden y con lo cual importa esencialmente evitar toda confusión.
Por otra parte, Éxtasis significa etimológicamente "salir de sí mismo" (lo que conviene bien al caso de los estados místicos), mientras que lo que designa el término de Samadhi es, al contrario, el "retorno del Ser" a su propio Espíritu.
Cuando uno recupera su naturaleza real y, por tanto, se realiza, se obtiene la tan ansiada libertad interior, como quiera que a ésta se le designe: Nirvikalpa-Samadhi, Nirvana, Iluminación, etc...
La Ciencia del Samadhi es imprescindible, es una senda hacia la “liberación definitiva”, y la persona que alcanza esa suprema meta es denominada un «liberado viviente», pues ha puesto término a la ignorancia, la avidez, el odio y el miedo.
muy bueno el articulo disculpen quie lo escribio? por su amable respuesta gracias
ResponderEliminaruna sugerencia, me gustaría que en sus artículos les pusieran el autor nombre de la obra literaria y el capitulo para así tener la fuente y después consultarla gracias saludos
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