Las abejas, han simbolizado a la divinidad en antiguas culturas, como la griega, egipcia o cretense.
Parece que el culto a la abeja se extendió desde Creta a las islas del Egeo y a la Grecia continental. La mitología cuanta que Júpiter en su infancia fue alimentado con miel por Melisa, hija de un rey cretense, en la gruta donde el niño había sido ocultado.
En este anillo encontrado cerca de Knossos, Creta, aparece la diosa abeja descendiendo a la tierra entre serpientes y lirios, siendo adorada por sus sacerdotes.
Las tumbas en Micenas tenían forma de colmena. En Delfos, en la Grecia clásica, la principal sacerdotisa del oráculo, la Pythia, era llamada la abeja délfica. En los himnos homéricos a Hermes (siglo VIII AC), el dios Apolo se refiere a tres mujeres videntes como tres abejas o doncellas-abejas.
Según Estrabón, en Eleusis y Éfeso las sacerdotisas que celebraban los antiguos misterios se llaman Melissai, "abejas", y algunos iniciados de alto grado recibían también este nombre.
Las Melissai o abejas eran sacerdotisas de Artemisa. Las abejas fueron asociadas a Éfeso, ya que según la leyenda las musas, tomando forma de abeja, encabezaron la colonización de esas tierras por los atenienses.
La figura de Artemisa mostraba en su cinturón y falda figuras de abejas. También han sido encontradas figuras de oro en excavaciones. Las monedas de Éfeso tenían en alguna de sus caras siempre a la abeja.
La miel, también jugó un papel central en el año nuevo en los rituales minoicos; en el solsticio de verano, se celebraba un ritual de 40 días durante el cual se obtenía la miel de las colmenas de las abejas en la oscuridad de las cuevas y el bosque. La miel fue hecho aguamiel y fermentado y bebido como un licor intoxicante, que acompañaba a los ritos que se celebraban.
Una joya de ónix encontrada en Knossos, Creta, muestra una laboriosa abeja con cuernos de oro y una doble hacha entre los cuernos. Junto a ella, dos perros alados, que aparecen volando junto a la diosa, como si le pertenecieran. Puedes seguir leyendo aquí
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